jueves, 3 de noviembre de 2011

A todos nos agarró la temblorina


A todos nos agarró la temblorina.

Qué hora también sería, cuando sentí que mi cama se movía , las nueve creo y medio dormida me levanté medio soñando medio despierta, porque mi papá me gritó “ tembloooooor” y chuta bueno para un sábado, a esa hora me parecía hasta de madrugada.

Así pues medio somnolienta baje , a hacer qué? No sé, solo sentí que cuando caminaba por las escaleras mi casa se movía como montaña rusa, ya han de decir que exagerada, pero bueno así es , es que no había vivido algo parecido, los cinco segundo que dicen duró el temblor, parecieron una eternidad porque con lo que me cuesta levantarme de repente me hallaba en mi patio frotándome las lagañas analizando recién que “tan” estaba pasando.

Y así nos tocó a los quiteños y a los que viven aquí con el temblor, es que eso no pasa tan a menudo y menos cuando parece que alguien te sacude la casa como cuando mi abuela me hacía el “shungo levanta”, pero yo tan adicta al blackberry ya andaba tuiteando en vez de irme a guarecer “mas sea” bajo una puerta y es que fuerte mismo fue el temblor que media ciudad en sábado ya andaba despierta y comentando acerca de lo sucedido. Una amiga me decía, no sé si seguía borracha o mi mamá me despertaba a patadas pero igual salí corriendo.

Bueno, no habría de sorprenderme Quito está construida entre quebradas rellenas, de hecho Quito era una laguna( por si acaso para los que no sepan) y las placas tectónicas y no sé cuantas maravillas más nos afectan pues. Y bueno después del susto vino el gusto, porque aprovechando la madrugada de nueve am y para que no coja el espanto me fui a disfrutar de la mañana y respirar el aire puro que hay antes del medio día.

Pero ya pensando concienzudamente, hace un par de meses andaba el “buen” alcalde Barrera con la lumbrera de séquito que tiene de concejales (no todos) diciendo que va a pagar un análisis técnico, maravilloso y millonario, para ver si en Quito se puede construir un “subway” y después del temblor no pude más que reírme de eso y decidir que cuando ese medio de transporte masivo exista no me he de subir porque mínimo conozco el centro de la tierra en un derrumbe o se me viene la ciudad encima.

Yo sé de geología, ingeniera civil o lo que sea, lo que sé de matemáticas puras o sea cero, bien me va de abogada, pero digo, sentido común no más se necesita para saber que en Quito un tren subterráneo no funciona ni con funcionadora. Nuestro subsuelo es más inestable que una mujer con SPM, pero bueno si tenemos que pagar varios millones de dólares por un estudio que concluirá en lo obvio, paguemos, al fin y al cabo para algo que sirva lo de la zona azul, que recorta calles pero crea parqueaderos, algo así como hacer bulevares (y hacer gala de eso en un spot publicitario) mientras que las calles están llenas de baches…. En fin, bonitas las veredas, bonito el pico el placa y bonito el tráfico a todas horas.

Y hablando de cosas bonitas, que lindo que ha estado Quito estos días, con nevados y volcanes que muestran su esplendor, con soles que hacen desmayar a los guaguas y a otras guaguas les hacen vestir como que estuviéramos en la playa, así que contentos todos, los mirones de los paisajes y los mirones de los escotes pronunciados.

Bueno, después de hacer estos agudos y varios comentarios, he concluido que mi pijama no está presentable para salir en público en desastres naturales varios y que cuando haya tren subterráneo he de ir a conocer por novelera pero seguiré usando el trole, apretujada, manoseada y hasta robada pero al fin y al cabo “segura”.

Que viva don Augustito y sus inteligentes ideas!

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