martes, 21 de agosto de 2012

Breve guía para sacar los documentos extraviados, sustraídos o robados en Quito



Volviendo al tema del blog algunos meses después de muchas cosas acaecidas en mi vida, heme aquí en  este mundo virtual para presentar la guía rápida (dentro de lo que cabe el término)  para recuperar mis documentos perdidos hace una semana en alguna parte de esta Franciscana ciudad.

Entre todo lo que se me perdió y es recuperable citaré lo más importante

Cédula de ciudadanía, papeleta de votación, tarjeta de débito del banco y el cárnet que me acredita como una abogada en funciones (sin muchas funciones en la actualidad)

Empezamos.

Fila cero: Lo más importante ante todo es sacar la cédula de ciudadanía, pero ojo, mis queridos lectores, primero hay que hacer la denuncia porque algunos de los documentos exigen ese preciado pero inútil documento (porque nunca vas a recuperar lo perdido) para que puedan devolvértelo, así que sin cédula y sin denuncia en este mi pequeño mundo de la mitad del mundo, puedes existir pero no eres nadie. Este documento de magna importancia constituye también un trámite de magna paciencia.

Para la denuncia se ruega acudir a la policía judicial (Roca y Juan León Mera) o a la fiscalía (más arribita de la policía judicial), los horarios de atención en el primero son de 8 a 17 y de 18  a 22 y en el segundo de 8 a 16 horas.

Para todos estos trámites os recomiendo ir con un buen libro, celular con internet o una buena compañía, si son comilones con algún bocadillo y si son asquientos ,se fregaron, porque los olores son de lo lindo, y no olviden: paciencia, paciencia, mucha paciencia y cierto, siempre con precaución porque como dijo el amigo que me acompañó a hacer la denuncia -aquí huele a crimen-  y tienen algunos “carecrimen”, y a las señoritas les ruego ir en compañía masculina para evitarse los “reinita le ayudó” o “pase pase mamita” o las miras lascivas que incluyen las de los policías de turno.  
Ir a la dirección del registro civil, toma una mañana entera, este edificio nuevo, con pantallas y sillas por todas partes resulta nada para las casi 5 horas que toma el  trámite.

Fila uno:  Se hace una fila de casi 50 personas de toda índole, género, raza y clase social lo que conlleva escuchar diversos tipos de charlas y ver buenas y malas caras. Esta primera fila se hace para que te den un papel con el número de tu cédula y el valor que debes pagar el cual oscila entre los 10 y 15 dólares según el caso, es decir si es tu primera vez (con la cédula) es más barato y si ya eres reincidente en perder los documentos como yo, cuesta más caro; así  nos damos cuenta que la irresponsabilidad, la delincuencia o la razón que sea, tiene su precio.  Cabe recalcar que la persona que te atiende, tiene un rótulo frente a su computadora que dice sonría, pero tal vez solo es para el ciudadano porque jamás vi los dientes de la señorita que me atendió, tal vez los tenía amarillos, tal vez no los tenía, pero lo más cercano a la sonrisa fue el grito para decir –¡Siguiente!-.

Fila dos: ahora esta fila es para pagar los 15 dólares, si eres previsivo, seguro habrás ido con algún amigo o amiga, novio, amante, o conocido que amablemente te quiera acompañar pero en mi caso dado que mis amigos, novios y amantes son personas trabajadoras me tocó ir sola, lo que conllevó a que tuviera que esperar 15 minutos más, mientras una señora mucho más inteligente que yo me adelantó por 20 turnos, porque su pequeña de 9 años hacía la otra fila. Que pilas la guagua!  En esta fila te dan un papelito que incluye un número, en mi caso el 867, lo cual suena significativo pero de hecho es más que eso, si el contador está en el 200. Este bonito papel incluye el número de personas delante de uno, o sea 400(novedad, como que no supiera contar) y el tiempo aproximado de espera: dos horas.

Fila tres: en este caso no es fila, es más bien un montón de sillas, con un montón de luces ,con un montón de gente, con un montón de paciencia….. mentira! todos impacientes por irse, los niños lloran, los adultos gritan, alguien chupa chupete, los enamorados se dan besos; en resumen, registro civil…. donde está la civilización en persona. Las dos horas, que el papel mágico e imperdible indicaba, falló en su predicción. Estuve 3 horas y un poco más sentada meditando mi existencia y aprovechando para leer un maravilloso libro que me apena haber descubierto tan tarde, Las Venas abiertas de América Latina.

Cuando ya llegó mi turno y vi en esa pantalla resplandeciente el 867, parecía como haberme ganado la lotería, por fin, era yo la escogida, era yo la llamada, era yo!!! Me acerqué al módulo que me indicaban ,donde la señorita, nuevamente con un rótulo que decía “sea amable”, apenas si contestó mi saludo y  leyó mis nombres apresuradamente ,cuando le solicité que cambiara mi “instrucción” por superior, se molestó con mi pedido y un poco y casi arranchándome me quitó mi pobre título de abogada, para verificar si era cierto que esta pobre inocente fuera tal abogada, con voz autoritaria me dijo q me pusiera para la foto, no tuve tiempo ni de sonreír porque todo sucedió de repente, apenas me acomodé  ¡pum! el flash, y ni como decirle que me tomara otra  foto  porque me veía con cara de suegra (con todo el respeto a mi futura suegra, que es bastante guapa), con un tímido gracias y sintiéndome la más horrible de las chicas porque mi foto de la cédula deja mucho que desear, me retire a esperar mi siguiente fila

Fila cuatro: -Espere a que le llamen por el nombre -,me dijeron. Otra vez tratando de estar atenta entre tanta bulla y rogando que pronunciaran bien mi nombre, porque siempre he sido Dianey, Janet, Diana, hasta mamey creo que me han dicho, o por último se limitan a llamarme María. Siguientes 20 minutos de espera, e entregaron la cédula y me di cuenta que con esa foto, tranquilamente figuraría entre los más buscados y que si algún día me secuestran o desaparezco, les ruego no pongan esa foto como referencia porque como luzco en la cédula ni ganas han de dar de encontrarme.

Por fin salí cédula en mano y sintiéndome otra vez ciudadana del mundo y del país.

La papeleta de votación es otra gracia que les cuento en la siguiente publicación.